Comienzo admitiendo que los tocados nunca han sido muy santo de mi devoción, muchos de los que he visto me parecían difíciles de llevar, demasiado grandes...un armatoste con el que, sabía, mi relación no sería sencilla...
Sin embargo desde que, por casualidad, descubrí los tocados de Suma cruz, no he tenido más remedio que caer rendida a sus encantos; casi cada uno de ellos me parece una joya que te viste, pero no disfraza, algo más difícil aún cuando la ocasión requiere un atuendo más estudiado o sofisticado de lo habitual.
Pero los tocados de Suma Cruz no sólo están pensados para eventos especiales. Según su fundadora, Susana Cruz Figuerola, “se trata de una marca especializada en accesorios para la cabeza que se salen de la normalidad, tocados que huyen del clasicismo (esto no quieres decir que no tenga tocados sencillos y muy elegantes), fantasía sin límites con una innovadora forma de vestir las cabezas”.
Aprovecho también para resaltar que, a pesar de su más que notable éxito tanto por su aparición en publicaciones de moda con frecuencia, pero sobre todo por sus numerosas clientas, en cuanto me puse en contacto con ellas para comentarles sobre la realización de esta entrada fueron muy amables, y pusieron a mi disposición tanto información como las fotos de sus trabajos.
Si queréis haceros con alguna de sus creaciones, tendréis que visitar su precioso lugar de trabajo situado en la Calle Zorrilla, Madrid, puesto que esta firma sólo vende desde su taller, apostando por un trato muy personalizado para con todas sus clientas. Además no hacen colección, sino que innovan mes a mes con un amplio abanico de posibilidades.
Yo ya estoy deseando poder lucir alguna de sus propuestas... ¡espero que os gusten tanto como a mí!